domingo, 24 de marzo de 2013

¡LA INCREIBLE HISTORIA DE LAS TORRIJAS!

Hola!!!

Hoy es domingo de Ramos. La primavera está recién entrada, el aire huele a azahar, dentro de poco habrá más horas de luz...y es tiempo de torrijas!
Siempre que hay alguna celebración toca la degustación de un dulce en este pais. Los huesos de santo en Noviembre, tronco de Navidad, roscón de reyes (algunos recordareis la hilarante historia del "pan con nata" que relaté cuando publiqué la receta del roscón de reyes en este blog) etc...

Siempre que se acerca la semana santa, mi esposo empieza a darme la tabarra con el tema de las dichosas torrijas. Como ya incluí en este blog una receta de  "torrijas tradicionales" en Enero de 2011, se me ocurrió que estaría bien publicar una receta diferente de preparar torrijas que aprendí en un curso con Dani García (curiosamente el nombre de mi esposo jeje) en La Moraga. Como mi esposo es diabético he ideado la manera de prepararlo sin azúcar -como siempre que preparo postres-.

Para esta modalidad de torrija es necesario chocolate blanco para fundir. Los problemas comenzaron al no encontrar chocolate blanco sin azúcar por ningún sitio. Fuimos a todos los supermercados, centros comerciales y tiendas especializadas en dietética y nada. Finalmente nos dieron la opción de pedirlo por encargo en una famosa pastelería malagueña. Así que ayer sábado me dispuse a buscar pan especial para torrijas y el par de tabletas de chocolate blanco sin azúcar que reservé. El día comenzó fantástico con una mañana soleada y luminosa que invitaba a pasear en uno de esos pocos días en que te olvidas del despertador y no pones cota a tu sueño (o a tu pereza). Salimos a desayunar a la calle. Había gente por todos sitios. Tardaron en ponernos el café...y más aun en servirnos las tostadas. Cuando estas llegaron, el poco café que quedaba para acompañar estaba frío. Posteriormente al recoger el chocolate resulta que no tenía etiqueta con lo que no sabían el precio que tenían que cobrarnos y nos tuvieron esperando más de media hora en el mostrador mientras la central nos comunicaba el precio del pedido y la gente compraba toneladas de torrijas de miel y azúcar como locos. A todo esto el día se encapotó con unas nubes amenazadoras y se levantó un viento frío bastante desagradable...

Al fin nos cobraron y salimos felices del establecimiento pensando que había pasado lo peor...pero nos equivocamos: cuando fuimos a por el pan especial para torrija nos encontramos que se había agotado. Fuimos a una, dos, tres panaderías donde normalmente venden este producto como si se tratara de una estación de penitencia surrealista, y no había en ningún sitio. Por si fuera poco, empezó a llover con más virulencia a medida que nos desplazabamos de un establecimiento a otro. Cuando llegamos a la cuarta panadería vimos que había una cesta con varias barras de pan. La gente seguía acumulando cantidades ingentes de torrijas y pasteles y había que sacar número para que te atendieran. Cuando quedaban tres números para nuestro turno, un señor pidió 15 barras de pan para torrijas...15 BARRAS!!! Por supuesto desaparecieron los panes que habiamos tenido hasta hace un instante ante nuestras narices en la cesta y otras tantas que tenían en el almacen. Cuando llegó nuestro turno no había más, así que nos apresuramos al último sitio (el quinto) donde sabiamos que vendían este pan, esta vez bajo lo que se había convertido en lluvia torrencial. Cuando llegamos a la quinta panadería cansados, chorreando de agua, resentidos y con los ojos desorbitados por la incredulidad vimos en el mostrador un par de panes. Nos abalanzamos sobre ellos sin esperar ni preguntar para apoderarnos de los panes. Nadie nos recriminó, y aunque pude observar como nos miraron raro supongo que no se atrevieron a decirnos nada ante la evidencia de nuestra desesperación...o nuestro patetismo.

No importó nada de lo ocurrido. Nos fuimos a casa felices y mojados pensando en el momento de disfrute que teniamos por delante. Os recomiendo encarecidamente esta receta y espero que la disfruteis como nosotros. Eso sí; pasando algo menos de trabajo para conseguir los ingredientes!!


INGREDIENTES


Para la maceración de las torrijas:
1 Barra de pan para torrijas.
1 litro de leche.
200 gramos de chocolate sin azúcar.
100 gramos de coco rallado.
1 ramita de vainilla o 3 cucharadas de esencia de vainilla.
Para el jarabe de fructosa:
150 gramos de fructosa.
80 ml de agua.
Para la jalea de fresas:
300 gramos de fresas.
150 ml de agua.
El zumo de medio limón.
edulcorante líquido al gusto.
1 lámina de gelatina sin sabor.
Para decorar:
1 o 2 fresas cortadas en daditos finos.
Opcional: 1 cucharadita de margarina para el momento de la caramelización.


PREPARACIÓN


En una olla agregamos la leche, el chocolate blanco sin azúcar, el coco y la vainilla. Cocemos a fuego muy bajito durante unos 30 minutos y mezclamos de vez en cuando para evitar que se peguen los ingredientes al fondo de la olla.

Cuando notemos que el chocolate ya se ha derretido y que el coco se ve cada vez más hidratado apagamos el fuego y dejamos reposar unos 15 minutos. Reservamos para cubrir el pan.

Cortamos el pan de torrijas del grosor deseado, yo he hecho unos trozos de unos 2 centímetros de grosor.

Seguidamente buscamos un recipiente hermético, colocamos dentro una base de pan y vamos bañando con el líquido reservado. Repetiremos este proceso hasta acabar con el pan. Luego tapamos bien el recipiente, introducimos en la nevera y dejamos reposar unas 24 horas.

Nota: Si os sobra algo de líquido podéis agregarle un poco más al pan si al siguiente día no lo veis lo suficientemente hidratado.

Para prepara el jarabe, colocamos en un cazo la fructosa y el agua. Llevamos a ebullición, dejamos hervir unos minutos, apagamos y reservamos.

Para preparar la jalea: Colocamos las fresas, el agua, el limón y cocemos a fuego bajo hasta notar que las fresas están de un color más pálido, muy blandas y que se ha consumido gran parte del líquido de cocción.

Dejamos reposar un par de horas, luego le agregamos el edulcorante líquido al gusto y la lámina de gelatina sin sabor. Llevamos de nuevo a ebullición y trituramos bien. Reservamos en frío.

En una sartén bien caliente agregamos una nuez de margarina y unas 4 o 5 cucharadas de jarabe de fructosa, justo cuando empiece a burbujear colocamos un par de torrijas y las caramelizamos por ambos lados.

Cuando notemos que están bien doraditas por ambos lados las retiramos de la sartén y las dejamos reposar un par de minutos antes de servir.

Nota: Yo las caramelizo con jarabe de fructosa porque de esta manera evito que se queme el caramelo.

Para emplatar coloco una base de jalea de fresas y sobre ésta coloco la torrija y la decoro con unos trocitos de fresa que tenía previamente picada.


Mi impresión es que QUIERO REPETIR UNA TRAS OTRA!!!!! Esto es una delicia...

A Disfrutar!!!!

FOTOS: Daniel Anarte