martes, 18 de marzo de 2014

TARTA GUINESS

Hola!!!

Cada año celebramos de alguna u otra manera el día de San Patricio ya que nos encanta esta festividad. Siempre suelo preparar sopa irlandesa, pan irlandés, etc; pero esta vez mi marido me miraba con ojitos de perrito regañado y me decía: Caroline ¿acaso los irlandeses no comen pasteles?, todos los años comemos la típica sopa de patatas, yo quiero algo más...jajajajaja, no aguanté la risa y la pena ya que me ponía una cara de tristeza enorme (acompañada de un toque de manipulación).

Cómo todos sabéis, yo suelo hacer los postres sin azúcar y tenía temor de que esta tarta al llevar cerveza negra quedara muy fuerte y amarga por hacerla con edulcorantes.

 Esta mañana me armé de valor, me metí en la cocina y me puse manos a la obra. La elaboración de esta tarta es bastante peculiar, uno de los detalles que se dan a resaltar es que una parte de los ingredientes debe estar templado-tibio y la otra particularidad es que se suple la levadura (polvo de hornear) por el bicarbonato.

Bueno, sin más dilación os dejo con la receta...


INGREDIENTES

250 ml de Cerveza Guinnes.
250 gr de Mantequilla.
300-325 gr de Fructosa.
80 gr de Cacao en polvo sin azúcar.
250 gr de Harina de repostería o harina normal.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
2 y 1/2 cucharadita de bicarbonato.
140 ml de nata para cocinar.
2 huevos medianos.

Para la cobertura:
300 gr de queso de untar (yo he utilizado queso mascarpone, ya sabéis que mi marido odia el queso y el mascarpone tiene el sabor muy suave además de ser sumamente cremoso).
90 gr de fructosa pulverizada.
300 ml de nata líquida para montar ( la nata debe estar bien fría para que se pueda montar con facilidad y tenga una textura bien cremosa).

PREPARACIÓN

En un cazo agregamos la cerveza negra y la llevamos al fuego. Cuándo notemos que está muy caliente le agregamos la mantequilla y la mezclamos con una varilla haya que se disuelva por completo y controlando que la cerveza no llegue a hervir. Justo cuándo la mantequilla haya quedado disuelta del todo, apartamos el cazo del fuego y reservamos.

En un bowl mezclamos todos los ingredientes secos.

En otro bowl agregamos la nata líquida para cocinar y la empezamos a batir con la ayuda de unas varillas manuales, a esta le vamos incorporando poco a poco los huevos, seguimos batiendo y cuándo notemos que hay una crema homogénea vamos añadiendo cuidadosamente la mezcla de cerveza negra y mantequilla (ésta mezcla estará templada o tibia, lo que significa que debemos mezclarlo con rapidez para evitar que llegue a hacer reacción con los huevos que están en crudo porque puede existir la posibilidad de que se corte la mezcla). 

Al notar que han quedado todos los ingredientes bien integrados procedemos a vaciar la mezcla al bowl de los ingredientes secos. Mezclamos bien, con movimientos suaves, cuándo la masa haya quedado homogénea la dejamos reposar unos quince minutos para que el bicarbonato empiece a hacer su trabajo.

Precalentamos el horno a 160ºC.

Elegimos el molde a utilizar, lo cubrimos con mantequilla y le espolvoreamos harina de trigo para evitar que se pegue la masa.

Vertemos en el molde toda la mezcla del pastel e introducimos al horno durante unos 50 minutos o hasta que notemos que está hecho. cada horno es distinto, así que os recomiendo que después de que pasen los 45 minutos estar atentos a ver si el pastel está hecho.

Al transcurrir el tiempo de horneado y notar que está hecho por dentro, retiramos el pastel de horno y dejamos reposar un par de horas hasta que esté completamente frío.

Mientras tanto preparamos la cobertura de nuestra tarta.

En un bowl mezclamos el queso mascarpone con la fructosa pulverizada y reservamos. En otro bowl montamos la nata líquida y cuándo obtengamos la textura deseada le incorporamos la mezcla del queso mascarpone y la fructosa pulverizada. mezclamos la crema con una cuchara de madera dando movimientos envolventes para poder incorporar todos los elementos.

Nota: Si notamos que la crema para la cobertura queda poco dulce se le pueden añadir unas gotitas de edulcorante líquido hasta conseguir el dulzor que se quiera.

Elemigos el plato dónde presentaremos la deliciosa tarta, colocamos allí el pastel y cubrimos la superficie con la deliciosa crema de queso y nata.


Mi impresión es que estoy gratamente sorprendida, no me imaginaba que la tarta quedaría tan rica. La cerveza no le aporta amargor al pastel pero si un toque de sabor que resalta el toque del chocolate y la vainilla. En pocas palabras, una delicia al paladar y más al paladar de un diabético.

A Disfrutar!!!!!