
El viernes pasado os comenté que mi esposo y yo salimos a dar un bonito paseo, y aprovechando la
reapertura del maravilloso mercado central entramos a ver como había quedado tras su
remodelación. Nos
maravillamos con ver el colorido de la gran cantidad de distintas frutas como si estuvieran plasmadas en un lienzo, con escuchar los pregones
cantarinos de los vendedores en cada puesto
ofreciéndonos orgullosos su género, percibir los diferentes y embriagadores olores de los distintos productos...todo recibiendo sonrisas y una magnífica disponibilidad al atender a los compradores y visitantes. En resumen la visita
fué espléndida.
Si además de
disftutar de lo que se nos muestra a los sentidos revivimos la
memoria del mercado malagueño, la experiencia pasa de
interesante a fascinante, volviendo tras los pasos de una imponente historia por entre las callejas de los puestos para ir
rememorándola en la memoria conforme paseamos.
Al parecer, la
puert
a de
marmol de entrada al mercado era una de las 5 puertas de entrada a la ciudad, en concreto la que accedía a la misma desde el taller naval del puerto, de
ahí el nombre actual del mercado: "
ATARAZANAS". Esta en concreto f
ué construida bajo el mandato del Rey
musulmán ABDERRAMÁN lll en el siglo
XIII. Tras su muro se encontraba el puerto más importante del reino de Granada.
Con el tiempo y tras varios usos (hospital, cuartel militar...) se encargó la ejecución del proyecto de mercado cubierto -hasta ese momento,todos los mercados estaban al aire libre lo que acarreaba problemas de salubridad- al entonces arquitecto municipal
Juaquín de
Rucoba (1844-1919), quien proyectó entre otras obras la plaza de toros de la Malagueta, el parque de
Málaga y posteriormente el
ayuntamiento o el teatro
Arriaga de
Bilbao.

El edificio se
contruyó entre 1876 y 1879 y es de estilo
neoárabe (
utilizándose estilos
nazaríes y califales) en hierro de la fundición sevillana de San
Antonio- responsable entre otras obras del famoso puente de
Triana de Sevilla- estando inspirado, como otros mercados españoles de la época, en el mercado de las halles de París.
La impresionante vidriera de 108 piezas de la parte trasera del edificio y que
ilustra motivos alegóricos a la historia y patrimonio de Málaga es obra del taller de los hermanos
Atienza y data del año 1973.

El mercado
fue declarado bien de interés cultural en 1979. Espero que si venís por Málaga, la visita a este mercado forme parte del recorrido por la ciudad y, si vivís aquí, lo
visiteis con la perspectiva de la historia...¡La experiencia no os defraudará!
FOTOS
DANI ANARTE
1 comentario:
¡Hola Caroline, qué historia tan interesante! Vale la pena visitar el mercado de Málaga.
Relatas todo de tal manera que uno lo va visualizando a la par. Gracias
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